Luis H. Aristizábal: “maestro” del aforismo en Twitter

Algunas personas impresionables se deslumbran cuando conocen Twitter, si completan mil seguidores sienten que tienen un pedacito de cielo y se toman por celebridades, empiezan a dar conferencias a nivel nacional e internacional tituladas:

Cómo ser buen tuitero y no perder seguidores en el intento.

Cómo influir en los demás con un trino bien pensado y estructurado.

Cómo lograr ser nombrado en el noticiero del mediodía o en La red.

Cómo ser condecorado en la revista Soho con un premio muy codiciado entre intelectuales colombianos: Tuitero del mes (si no logra ser condecorado en la revista Soho puede intentar en Arcadia o El Malpensante -A esos intelectuales también les gusta encontrar buenos aforistas online-).

Cómo escribir aforismos.

Cómo convertirse en poeta tuitero.

Cómo convertirse en novelista tuitero.

Cómo convertirse en pensador tuitero.

Cómo convertirse en humorista tuitero.

Cómo redactar noticias en Twitter.

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Si sólo contamos con 140 caracteres los mensajes deben ser breves. Las Mentes Brillantes descubrieron que Twitter es la herramienta perfecta para crear y copiar aforismos.

El gran aforista de Twitter es Luis H. Aristizábal, Luis es un tuitero relativamente nuevo y todavía babea ante el caudal inmanejable de inteligencia que destilan los usuarios (más si son mujeres, estudiantes, bellas, dóciles… jóvenes que ríen y lo hacen reír a él con sus travesuras de 140 caracteres).

Luis se siente en Twitter ante un templo de Sabiduría, pasa la mayor parte de su vida buscando aforismos y publicando otros (casi todos encontrados en proverbia.net). Cuando no está copiando aforismos está chateando con sus conquistas; cuando no está chateando con sus conquistas está recomendado libros o artículos hediondos de Héctor Abad Faciolince, Ricardo Silva Romero, Jorge Franco, Alberto Salcedo Ramos, Daniel Samper Ospina y demás amigos de El Malpensante, Arcadia, Soho, Semana, Cromos, TVyNovelas… Y cuando no está en Twitter debe estar reclinado en algún sofá pensando en alguna frase divertida o inteligente para tuitear más tarde o simplemente debe sertirse orgulloso de ser un gran intelectual y pensador tuitero.

El gran problema de los cazadores de aforismos y de mentes brillantes parece tener que ver con su particular idea de aforismo tuitero. No se dan cuenta de que es una contradicción: el aforismo es eterno, los tuits son pasajeros. Los tuits -por más poéticos o filosóficos que parezcan y por más que hayan sido escritos en un soporte que se conserva y que se puede recuperar y rememorar- pierden sentido fuera de contexto, tienen sentido sólo si son memorizados y repetidos por los usuarios y en esa medida no forman parte de la cultura escrita sino de la cultura oral y popular, la del humor y la vida práctica. La escritura en Twitter tiene poco que ver con la escritura de libros y la lectura de tuits tiene poco que ver con la lectura de libros de más de trescientas páginas.

Luis H. Aristizábal forma parte de la inmensa mayoría de ancianos rancios que leen y escriben en redes sociales como si escribieran y leyeran en papel. Esta gente pontifica en periódicos y revistas y se sienten con autoridad para pontificar en espacios virtuales también, repiten esquemas y son felices organizando listas y buscando genios, calificando y descalificando por el poder que les confiere ser escritor de reseñas en revistas tan rancias como ellos.

Colombia es país de alianzas estratégicas y la cultura no se salva de esta miseria. Casi todos están en Twitter, tienen miedo de no figurar en la página de moda en televisión, radio y prensa. No vale la pena nombrarlos, todos sabemos quiénes son.

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