¿En qué terminó convertido el Instituto Caro y Cuervo?

Hace veinte años tuve el privilegio de estudiar en el Instituto Caro y Cuervo y debo reconocer que la educación recibida allá me dejó mucho más satisfecha que cuando estudié en la Nacional. En la Nacional el tesoro es el campus y la gente, los estudiantes. En el Caro y Cuervo el tesoro eran los profesores.

La Nacional ahora es mucho más gomela y eso me duele un poco porque el neoliberalismo  y el carácter empresarial de la educación se veía venir cuando yo iba saliendo de allá y se asentó de manera clara en todas las universidades del mundo, ¿Quién lo duda? Las universidades han perdido su rumbo, se han convertido en espacios sociales para medir el estatus más que en espacios académicos, se empeñan más en educar emprendedores o influencers que  en formar científicos, artistas o críticos.

A pesar de los tiempos negros la Nacional sigue siendo la mejor universidad de Colombia y dudo que el Caro y Cuervo siga siendo el Instituto que yo conocí. Sospecho que devino en salón de belleza gracias a que ahora no hay profesores como los que yo conocí sino que fue tomado por la rosca infame que se lo traga todo, fue tomado por unos bobos sin talento pero con contactos que es lo que en este tiempo triste de verdad importa: ser amigo  de ________  para que consigas trabajo en________ aunque no sepas ni dónde estás parado. Lo más gracioso es que esta gente rosquera y corrupta se toma por mamerta.

Cuatro gatos que se aplauden las bobadas entre ellos en las redes sociales y forman parte del clan de Carolina Sanín y Amalia Andrade son los dizque profesores de Creación Literaria en el Instituto Caro y Cuervo. Les ve una la cara,  se asoma con asco a ver la «obra», y dan ganas de sentarse a llorar.

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Autor: Elsy Rosas Crespo

Es más fácil si buscas mi nombre en Google.

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