Jaime Bayly y Paulo Coehlo

Desde hace dos semanas puse mi biblioteca en venta porque el tiempo que me queda de vida no me alcanza para leer los libros que he ido coleccionando durante los últimos treinta años y además entre mis planes está irme a vivir a un espacio más pequeño porque quiero concentrar todavía más el pensamiento, voy muy en serio en el ideal de convertirme en una santa más que en una sabia. La vejez la quiero separada para siempre de intereses materiales, entre otras cosas porque la codicia no tiene sentido en estos tiempos de incertidumbre total. Como no tengo hijos ni deudas puedo vivir sin preocuparme de aquí a la Eternidad. No lo creo, lo sé.

Tengo libros que compré cuando tenía quince años y tengo libros que compré hace dos semanas; espero deshacerme de esos libros para ver cómo se va renovando mi biblioteca porque he notado que comprar libros es una enfermedad. Cuando un «cliente» me paga su adquisición en efectivo casi siempre me despido de esa persona amablemente y me dirijo a la librería más cercana para ver qué hay o de qué me antojo y entonces el asunto se convierte en una especie de círculo infernal que me fascina porque durante todo el día estoy concentrada en Los Libros: hablo de libros, recomiendo libros, reseño libros, le tomo fotos a los libros, empaco los libros, busco libros nuevos y estoy mirando y cambiando todo el tiempo de sitio mis libros propios.

Algo que me ha llamado la atención es que la literatura es el gran interés de la mayoría de los interesados en comprar mis libros y algo que me entristece y me llena de dolor es saber que hay libros invisibles, obras literarias que pasan absolutamente desapercibidas aunque las esté vendiendo a tan solo diez mil pesitos: Paulo Coehlo y Jaime Bayly. Dos escritores reconocidos a quienes podemos criticar por muchas razones pero que tienen el Don para narrar. Podemos leer autores que no nos gustan por pura curiosidad, por morbo o para destrozarlos. Es importante, en todo caso, aprender a separar al autor de la obra, aprender a juzgarlos por separado por más que nos cueste trabajo.

Tengo un libro de Carolina Sanín y tampoco nunca nadie me ha pedido que le dé detalles sobre ese libro. Pobre Caro.

Como soy una lectora voraz y morbosa compro lo que me gusta y lo que no me gusta, compro clásicos y compro literatura fugaz. Me gusta leer lo que amo y lo que odio, lo que me lleva a la fija (los clásicos) y lo que a veces veo por ahí tirado en el suelo.

Autor: Elsy Rosas Crespo

Es más fácil si buscas mi nombre en Google.

Un comentario en “Jaime Bayly y Paulo Coehlo”

  1. Elsy, aquí también se inquietan por Carolina Sanín pero en un sentido más existencial.
    https:/twitter.com/NachoGreiffenst/status/1372220939941904387

    Me gusta

Deja un comentario