No volví a la bolera

Jugar siempre es divertido solo o en pareja. Nada que sea cartas ni fichas sino juego que implique movimiento, risa, diversión pero sin que choquen los cuerpos porque no hay nada más absurdo que terminar en la sala de Urgencias jugando el juego que sea.

A lo largo de la vida lo que más he jugado es ping pong y bolos. Es importante que se pueda beber cerveza durante el juego y que en algunas ocasiones tiemble. Es más emocionante vivir un temblor en una bolera que en un salón de clase porque los estudiantes se asustan y se molestan si me muero de la risa a costa de su miedo, sus gritos y sus carreras.

Acabo de encontrar esta foto en la bolera del barrio cuando iba a jugar hace como diez años con un vago como yo. Con Nicolás nos hastiamos de jugar ping pong porque no queremos avanzar más, no aspiramos a ser profesionales y estoy segura de que le gustaría ir a la bolera del barrio a beber y a ver el tablero con su nombre al lado del mío.