Al diablo el Diablo

Por Silvio José Bolaño

Harold Alvarado Tenorio es, en la actualidad y, desde hace al menos tres décadas, uno de los poetas más auténticos de Colombia y, acaso, nuestro mejor crítico literario. Elsy Rosas Crespo nos divierte con su irreverencia pero le falta hondura al cacarear sobre arte, pues describe su sentir sin hacer el esfuerzo de redactar (¿teniendo el talento?) algo significativo para la comunidad de lectores y escritores. Me refiero a algo significativo, pues nos divierte e inspira, pero no ennoblece el arte. La de Elsy parece una crítica (espero que no) destinada a conmoverla a ella, a su círculo cercano y no impactar a los lectores ni a los escritores, sino matonear a un grupo de profesores que ella detesta y se quiere ganar un puntico. Aunque no parezca, escribo esto en defensa de Elsy Rosas Crespo, pues encuentro que muchas personas, sin genio ni ministerio, intentan humillarla con inquina, únicamente por su forma de ser, que yo considero lumínica y genial. Ella les responde a sus contrarios con determinación y demuestra talento, pero no creatividad ni capacidad para escribir algo trascendente. Esto es: todo en ella es literal, como dicen los jóvenes, así que no hay figuras literarias ni pensamiento complejo en sus renglones. ¿Neorrealismo inane? Yo puedo estar en desacuerdo con una persona: con la forma de leer el mundo de esa persona; pero jamás estaré en desacuerdo con su forma de hablar y de sentir la lluvia, con sus necesidades y su libertad. Rompan todo, que para eso ellos son críticos y, para mis ganas de dialogar, ahora soy crítico de aquellos. Gracias por la labor que hacen, maestro Harold y admirada Elsy. Pero, al diablo tanto diablo. Harold sí tiene poemas que nos descrestan por sus metáforas, ideas, ritmos, versos encabalgados o libres, imágenes contundentes, provocativas, dolorosas. Los invito a leer la obra del maestro Harold Alvarado Tenorio y a disfrutar de las críticas de Elsy. Sin embargo, las críticas de la última carecen de arte, en el sentido estricto y ella lo sabe. En Colombia tenemos una riqueza literaria proverbial pero, como nos gusta más el «complejo de jijuetantas», del que hablaba Fernando González, ganamos más imagen por aparentar sentirnos poco, olernos feo, estropearnos, escupir sobre gargajos que, de vez en cuando, valorar las páginas escritas por genios como Harold y Elsy. Por eso rompo ahora la vajilla: para pedirles que sean mejores críticos y, de una vez por todas, exijamos el Premio Nobel de literatura para Fernando Vallejo, quien ha escrito la gramática literaria, las biografías de nuestros poetas mayores, el cine neorrealista y un corpus literario que descresta por su riqueza idiomática, la belleza de sus imágenes, su irreverencia ante lo efímero y lo que podemos entender como su capacidad para hablar del alma sin creer en ella. Hablemos de literatura, amigos. Gracias por ser como son.

Autor: Elsy Rosas Crespo

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