Los temas que me interesan

A mí me preocupa como centras tus intereses privados. Es decir, cómo lo de Netanyahu no te afecta, o los principales accionistas de black rock, la insistencia de los militares por usar sus armas nucleares, lo poco ético de imponer un bautizo, un Estado, una frontera, una ley, una cárcel… 

Za To (un corresponsal indignado)

Cada cierto tiempo aparece alguien en internet dándome órdenes, juzgando mi vida, enseñándome a vivir o amenazándome de muerte. Lee un post, un tuit o un comentario en Facebook y da por hecho que me conoce y sabe qué es lo mejor para mí y para mi vida, se siente con el derecho a juzgarme y hacer de mí un mejor ser humano a través de consejos no solicitados.

A estas alturas de mi vida no me interesa lo que pase con Uribe, tampoco me interesa la Guerra, las grandes guerras, nunca me han interesado, ni siquiera me interesan los problemas de la vecina para sentirme con el derecho a opinar sobre política global sólo porque todos lo hacen en las redes sociales y toman partido para sentirse en el lado correcto de la historia, con los buenos, los justos, los nobles, los rectos, los ilustrados, los inteligentes.

¿Si todes opinan sobre Gaza tengo que opinar yo también?

No me parece.

Me interesa más dormir bien, comer con apetito, disfrutar cada día de mi vida sin molestar a nadie. A los 53 años lo que más valoro es no tener canas, sobrepeso, un bastón para apoyarme, vivir en una casa con escaleras y subirlas corriendo, correr dos cuadras sin sufrir un infarto, tener la caja de dientes completa, beber y fumar sin remordimiento y sin restricciones, caminar tranquila a las diez de la noche por cualquier calle de Bogotá, tener una sombrilla pequeña y una grande, usar ropa cómoda y demás tonterías cotidianas que hacen los días gratos para una persona que ya vivió la mayor parte de su vida.

La pasión por la política se me acabó hace mucho tiempo y la indignación desapareció cuando decidí deconstruirme en jubilada.

Señor Za To o como se llame: lo invito a que se ocupe de los temas que le interesan, marche, rompa, grite, manifiéstese, no se quede callado y en vez de decirme cómo pensar, cómo vivir, sobre qué escribir haga todo eso con su propia vida y a mí déjeme vivir la ancianidad en paz.

Autor: Elsy Rosas Crespo

Es más fácil si buscas mi nombre en Google.

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