El Daniel Mendoza que yo conocí

Cuando era famosa en Twitter (entre 2010 y 2015) conocí mucha gente -la gente que se atrae cuando se goza de fama- y entre toda esa gente que conocí a través de Twitter sólo conservé la amistad -hasta 2019- con Daniel Mendoza porque decidí que él sería la única persona con la que valía la pena seguir hablando entre toda la gente espantosa que conocí ahí.

Mi amistad siempre la buscan los demás y la termino yo en un impulso de aburrimiento, ira o desilusión. En este momento no recuerdo por qué decidí dejar de ser amiga de Daniel y él tampoco está muy interesado en mi amistad porque no me volvió a llamar. Soy gente de pocos amigos (nunca más de dos) y todas mis amistades son largas, no de toda la vida pero sí de cinco, diez o quince años. Si una persona no me gusta en la primera cita no le vuelvo a hablar. Esa es mi ley.

La señora Cielo Rusinque escribió un post en El Espectador en el que posa de amiga y  experta en la personalidad  y las Causas de Daniel Mendoza pero dice que no lo ha visto nunca porque el machito opresor tuvo el descaro y la osadía de citarla en un hotel. Le cuento a la señora remilgada que Daniel también me citó las primeras veces en su casa o en un hotel, y en vez de escandalizarme y salir gritando en las redes sociales que el machito me quiere violar o abusar de mi inocencia lo que hice fue decirle que para mí era mucho más cómodo que nos viéramos en Juan Valdez o en Avenida Chile y nos vimos muchas veces en Juan Valdez y en Avenida Chile y hablábamos de mujeres estúpidas y de feminismo estúpido y de por qué en Colombia las mujeres son tan perezosas y el feminismo de Catalina Ruiz-Navarro y el de Carolina Sanín no es feminismo sino puras ganas de joder y de llamar la atención.

Daniel Mendoza tiene muchos defectos, claro, detalles que me molestaban, claro, temas que me asfixiaban, claro, pero son mucho más relevantes sus cualidades que sus defectos y paso a enumerarlos:

  1. Es un hombre atento sin ser empalagoso.
  2. Es un hombre generoso que no humilla ni subestima a las mujeres.
  3. Es un hombre que oye atento cada frase que dices porque de verdad le interesa, no para congraciarse con la dama.
  4. Es un hombre que puede renunciar a una amistad para ser amigo tuyo porque te admira más que a tu antigua amiga desabrida. El ejemplo más claro fue Virginia Mayer. Ella le dejó de hablar porque Daniel decidió hablar conmigo y la pobre no lo pudo soportar y lo bloqueó de su vida. Tiene mucho más carácter Amaranta Hank  porque me respondía siempre cuando le escribía desde Twitter  y nunca le prohibió a Danielito ser amigo mío.
  5. Es un hombre que motiva a las mujeres para que escriban, para que saquen a la luz lo mejor de su talento.
  6. Es un hombre que admira a las mujeres de verdad, no para acostarse con ellas. La prueba es que nunca fui a su casa ni al hotel y llegamos a tener una amistad como de dos hombres. Hablábamos sin tapujos ni misterio de temas sin censura y ninguno se escandalizaba con lo que decía el otro como un par de señoritas remilgadas. Es una persona de mente abierta, de izquierda, amante de la música, la literatura, el placer y el ocio.

Daniel me admiraba tanto que me invitó a participar en La nueva prensa y me pagó por escribir durante cuatro o cinco números. El socio de él es Gonzalo Guillén, un señor que me odia porque me he burlado de la nena consentida Carolina Sanín de forma persistente y porque terminé mi amistad de forma salvaje con Estefanía Uribe Wolff, su otra nena consentida. Gonzalo Guillén adora a sus amigas, no me soporta a mí y, sin embargo, Daniel quería que yo estuviera ahí y ahí estuve.

Daniel quería que mujeres talentosas, inteligentes, rebeldes, originales y exóticas estuvieran en La nueva prensa y también lamentaba que no lograba convencerlas porque ellas se dedicaban a otras cosas. Tal vez las mujeres colombianas sí somos perezosas, cómodas y facilistas y por eso los hombres terminan desilusionándose cuando ven que no somos tan persistentes como ellos y por eso terminan pensando en la palabra mujeres como simple sinónimo de un juguete bonito. Los señores abogados y periodistas de La nueva prensa, los que sacaron a la luz la Ñeñepolítica y ahora convirtieron en un fenómeno de masas Matarife son gente admirable y valiente que merece toda la admiración.

Daniel me hablaba de sus fiestas, orgías, amantes, novias y también me hablaba de su esposa, hablaba por teléfono con ella. Me consta que es un hombre cariñoso y transparente y siempre que hablaba con ella le decía encantado que estaba conmigo almorzando o tomando café. Yo tomaba café y Daniel tomaba agua. Este señor no consume drogas ni alcohol y es otro héroe que conozco capaz de salir de las drogas para concentrar toda su energía en una causa más noble.

Me parece infame que las feministas de mentiras quieran enlodar a este hombre sólo porque con su equipo de colaboradores están en boca de todo el mundo y luchan sin cesar para hacer justicia ante el invencible Alvaro Uribe Vélez, vergüenza nacional.

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Autor: Elsy Rosas Crespo

Es más fácil si buscas mi nombre en Google.

6 opiniones en “El Daniel Mendoza que yo conocí”

  1. Hola, Elsy. Dejé twitter por años y ahora que puede leerse, sin la necesidad de crear una cuenta, fuiste la primera persona a la que busqué. Te leí por años, en blogs y a través de twitter, y núnca alcancé a decirte lo mucho que te admiro, que realmente tienes una mente brillante, que aunque no comparto algunas ideas contigo es agradable ver tanta destreza y objetividad, tanta delicadeza, prudencia y suavidad, en contraste con esa franqueza con la que plasmas tus ideas. Me alegra haber accedido al link y encontrar este maravilloso y nuevo blog. Gracias, de verdad. Atte, Juan Pelb.

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